Usando, en algunos casos, una cámara encubierta, Okón contrató a policías para realizar ciertas acciones revelando los niveles de negociación que el ciudadano suele tener con los miembros de esa institución. La estrategia es generar una profunda ambigüedad entre ficción y realidad, rasgo característico en su obra. Enmarcada en su producción de los años noventa, donde la experimentación y la incidencia en el espacio público tenían un peso específico, la obra de Okón ejerce una crítica a la sociedad neoliberal sin dejar de establecer siempre un guiño al espectador.


YOSHUA OKÓN (1970)
Oríllese a la orilla, 1999–2000
Videoinstalación
Adquisición, 2012