A partir de una serie de palabras guía, entre las cuales destaca el concepto de ch’ulel (aquello que es “lo otro del cuerpo”, lo anímico o sagrado, para los pueblos tzotziles y tzeltales), el antropólogo español Pedro Pitarch y el artista tzotzil Abraham Gómez reflexionarán sobre las estrategias creativas de resistencia y adaptación al mundo occidental que han surgido en las últimas décadas en los territorios del sur del país. Las distintas visiones disciplinares de los participantes servirán como puntos de tensión para repensar las relaciones entre las prácticas antropológicas y los movimientos políticos, sociales y artísticos de los pueblos indígenas en México. ¿Es posible a estas alturas reconfigurar la antropología como disciplina?, ¿cómo puede a su vez el arte nutrirse de las prácticas antropológicas?
Es catedrático de Antropología en la Universidad Complutense de Madrid y director del Grupo de Investigación en Antropología de América. Es doctor por la Universidad de Nueva York en Albany y ha sido profesor visitante en universidades como la de Nueva York, California en Berkeley y la UNAM.
Estudia las culturas mayas de Chiapas, en el sureste de México, en especial de lengua tzeltal. Ahí ha trabajado de manera ininterrumpida desde 1988. Sus investigaciones se centran en cuestiones de cosmología, persona y corporalidad en las culturas mesoamericanas. Asimismo, se ha ocupado de temas como la lengua, el discurso y los textos rituales indígenas (especialmente los cantos chamánicos de curación), entre otros.
Entre sus libros destacan Ch’ulel: una etnografía de las almas tzeltales (1996), The Jaguar and the Priest (2010) y La palabra fragante. Cantos chamánicos tzeltales (2013). Su investigación más reciente trata los conceptos de topología textil indígena.
Experimentos con la tradición y tradición de la experimentación en el arte indígena
“Desaprender lo moderno” en relación con la estética y el arte indígenas supone pensar de un modo que no se dirija solo al pasado, sino también al presente y sobre todo al futuro. Aquí se destacan dos posibles aspectos de este cambio de perspectiva. Primero, el reconocimiento de que las culturas indígenas del continente se caracterizan por un impulso de innovación y experimentación incesantes. Este no es un hecho nuevo, sino algo intrínseco a la cultura indígena desde hace milenios que contradice el estereotipo moderno de lo indígena como una forma conservadora por naturaleza. Segundo, una convergencia entre la cultura indígena tradicional y nuevas formas de pensamiento y dilemas globales a la cual estamos asistiendo en la actualidad. La cosmología y la estética indígenas interesan porque coinciden e iluminan muchas de las inquietudes que están emergiendo en las sociedades contemporáneas (clima, relación entre las especies, uso de nuevas tecnologías, sexualidad, etc.). Estos argumentos se ilustran mediante breves ejemplos relativos a obras de arte y literatura indígenas contemporáneas.
Es tzotzil de Chamula, fotógrafo y asesor de ventas en la agencia Nissan en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Desde la narrativa visual, explora las interacciones entre el mundo tzotzil y el mundo global. Sus proyectos fotográficos emergen de la necesidad de indagar la tradición cultural, el valor de los conocimientos ancestrales y la aculturación hacia el mundo occidental a través del mercado de consumo, destacando la creciente interacción entre el mundo indígena contemporáneo del cual sus clientes y él son parte, y el mercado globalizado en el que están inmersos. Su quehacer fotográfico transita entre dos mundos: el tzotzil, que le ha dado su origen (ch’ulel, “espiritualidad”), y el occidental, que lo hace cuestionar sus creencias y prácticas culturales. Aquí se visualiza una grieta interna generada por el deseo de permanencia dentro de la tradición cultural tzotzil y el de aceptación para formar parte de la globalización.
Lik xchuvajil
Le comenzó la locura
Soy un tzotzil de Chamula que transita entre dos mundos. El primero me ha dado mi origen y mi espiritualidad; el otro me hace cuestionar las creencias de mis abuelos, hasta el punto de comprobar si son verídicas. Ante estas etnoteorías expongo mi cuerpo.Bendice mi camino es una serie de fotografías basadas en la doble práctica como fotógrafo-artista y asesor de ventas de vehículos en la agencia Nissan de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Muestra distintos aspectos del contacto creciente entre el mundo indígena maya contemporáneo, del cual mis clientes y yo somos parte, y el mercado globalizado en el que igualmente nos encontramos inmersos.
En esta serie se exploran las interacciones entre la cultura maya y el mercado global. Bendice mi camino destaca la potencia de la apropiación cultural, la aculturación, el sincretismo entre lenguajes y sistemas de valores donde se entretejen conocimientos ancestrales —desde el significado de la posición de ch’ul me’tik (la luna) en el momento de completar una transacción hasta comportamientos comunitarios (incluidas las prácticas para evitar la envidia)—, y el capitalismo universalizado y extendido en los lugares más recónditos de los Altos de Chiapas.