Cae
Magali Lara
En 1999, Magali Lara puso a prueba la capacidad técnica del Taller Mexicano de Gobelinos en Guadalajara al comisionarles una serie de textiles a partir de los trazos sutiles de dibujos hechos en lápiz y tinta china sobre papel Albanene. El dibujo, fechado en 1997, era particularmente difícil: la efigie apenas reconocible de un tronco de árbol caído que a la artista le sugería la noción del duelo.

Por esa asociación, Magali Lara decidió exhibir el gobelino cubriendo un futón que preservaba la huella de su cuerpo, y por implicación, la pérdida de su esposo, el artista Juan Francisco Elso. Una frase de Silvio Rodríguez en la pared completaba la escenificación:
“Y las causas lo fueron cercando/Cotidianas, invisibles/
Y el azar se le iba enredando/Poderoso, invencible”.
Los trazos registran no tanto un objeto-cadáver, sino un campo de fuerzas y posibilidades. De hecho, el gobelino sufrió daño en una muestra, y la artista incorporó su reparación como una capa más de sentido. Como Lara acostumbra, su trazo y sus imágenes no son un registro de apariencias: en realidad emprenden la transcripción de las sensaciones que atraviesan el cuerpo. A pesar de su carácter luctuoso, esta obra es un apunte de energías vitales.
MAGALI LARA (1956)
Cae, 1999
Bordado sobre tapiz alto lizo de lana, teñido con anilinas minerales y tejido
a mano, colchón y textos de vinil
Adquisición con fondos del Presupuesto de Egresos de la Federación, 2014