Los cientos de piezas de plexiglás negro suspendidas en la sala de exhibición trasladan al espacio del espectador la escena inicial del video Dark Mirror (2004) que había surgido, de hecho, de dos actos de transferencia de la autoría: la delegación del filme que el artista hizo sobre un animador que aprovechó libremente las imágenes vectoriales del archivo, y un pianista especializado en la improvisación de música incidental para cine. En ese sentido, hay que experimentar Drifting Star como una apropiación de tercera o cuarta generación, que sin embargo regresa como si fuera un boomerang visual a una de las escenas primarias del trabajo de Amorales en el siglo XXI: las cascadas de escombros y cristales formando nebulosas escultóricas en el ataque a las Torres Gemelas en Nueva York del año 2001.


CARLOS AMORALES (1970)
Drifting Star, 2010
Estrella vagabunda
Instalación. 750 elementos suspendidos de plexiglás
Adquisición a través del programa Pago en Especie SHCP, 2015