Cada lado muestra un tratamiento plástico distinto del torso, con colores planos y elementos geométricos que remiten al pop y al op, lenguajes que el artista integrará a su producción de finales de los años sesenta y setenta.

La pieza destaca por su naturaleza lúdica permitiendo al espectador intercambiar la posición de cada una de las partes y sus caras para así generar múltiples combinatorias. No es ajeno a ese interés estructuralista que el título de la obra derive de los versos iniciales de Blanco (1967) de Octavio Paz.


ARNALDO COEN (1940)
El comienzo, el cimiento, la simiente latente, 1968
3 elementos. Acrílico sobre madera
Adquisición a través del programa Pago en Especie SHCP, 2014