El Siluetazo
Desde la mirada de Eduardo Gil.
El siluetazo fue una acción estético-política que logró simbolizar la desaparición y de manera emblemática, articular el arte con una demanda social colectiva: la aparición con vida de miles de personas desaparecidas durante la última dictadura militar.
A principios de la década del ochenta en Argentina, si bien faltaban pocos meses para el retorno de la democracia aún reinaba en el país un fuerte clima de opresión. Luego de la derrota sufrida en la guerra de Malvinas en 1982 –el gesto extremo de una dictadura que se sabía debilitada– el poder militar comenzó a dar señales de un paulatino resquebrajamiento y algunos sectores de la sociedad civil intensificaron sus reclamos por conocer el destino de los miles de desaparecidos.
Tres artistas visuales: Rodolfo Aguerreberry, Julio Flores y Guillermo Kexel, idearon la acción y acercaron la propuesta a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo -en Buenos Aires- así como a diferentes organizaciones sociales y de derechos humanos. Pocos meses antes de que concluyera el régimen militar, el 21 de septiembre de 1983, en el marco de la III Marcha de la Resistencia, los organizadores improvisaron un taller al aire libre y usando plantillas, comenzaron a delinear siluetas humanas sobre papeles que luego pegaron verticalmente sobre las paredes de los edificios aledaños, encima de otros carteles existentes, en árboles, etc. Este gesto fue una provocación para que el público se apropiara inmediatamente de la tarea. Cientos de manifestantes aportaron otros materiales para realizar las siluetas, “pusieron sus cuerpos” para bosquejarlas y se sumaron a la pegatina impulsada por los organizadores.
Hoy, a treinta años del siluetazo y gracias a la labor de artistas como Eduardo Gil, quien participó activamente de la acción, tanto política como artísticamente, podemos acceder a imágenes que habilitan el abordaje de este acontecimiento histórico. No cabe duda de que la dimensión artística del siluetazo se vio eclipsada ante su radicalidad política e incluso, la experiencia colectiva que desencadenó alteró profundamente la noción de autoría. Sin embargo, ante las obras fotográficas de Eduardo Gil uno se encuentra, no solo con el testimonio o el registro de aquella acción, sino con imágenes resueltas desde la mirada de un artista. La pregunta sobre cómo representar lo irrepresentable, cómo dar visibilidad a la presencia de una ausencia, se aloja en el núcleo de los debates en torno a las paradojas de la representación.
Artista: Eduardo Gil (Argentina, 1948)
Curadora: Florencia Battiti
Parque de la Memoria. Buenos Aires, Argentina
Publicación
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El siluetazo
Autores : Flor Battiti
Idioma : Español e inglés
Editores: MUAC-UNAM
Precio: $60 en tienda