Fabiola Torres-Alzaga
sala 3
Las desinvitadas
Fabiola Torres-Alzaga investiga los espacios de invisibilidad en el acto de ver, así como sus repercusiones y connotaciones sociopolíticas. Las piezas buscan desarticular las estrategias de representación visual que surgen en el espacio expandido del teatro y del cine, para incluir en escena aquellos lugares velados: ¿qué vemos y qué queda fuera de encuadre? Desde la teoría queer y las disidencias sexuales, la artista propicia contraespacios inclusivos que permitan una imaginería diversa.
Su trabajo más reciente profundiza en la representación cinematográfica y sus opacidades, y cómo ha repercutido en la construcción del imaginario de una sociedad. Entre las décadas de 1930 y 1960, Hollywood despuntó como una industria con intereses políticos y morales, que determinaba aquello que se podía ver y lo que debía desaparecer de la pantalla con el fin de preservar una sociedad moralmente aceptable. Esta regularización, promovida por el Código Hays, se encargó de expulsar del paisaje cinematográfico a aquellas identidades sexuales diferentes y de desacelerar la emancipación de la mujer en el desarrollo de una sociedad más variada.
Como respuesta a los cánones establecidos de representación, algunas películas inauguraron nuevos campos de percepción dentro de sus narrativas. Los límites de las formas del cine se desvanecieron de la imagen explícita y frontal y sugirieron otras relaciones en las entrelíneas del diálogo. Si bien el encuadre enmarcaba una realidad, el uso del fuera de cuadro invitaba a los espectadores a imaginar otras posibilidades.
Las desinvitadas propone un espacio fantasmal al interior de una casa, siguiendo la estética del cine negro. Para ello, la artista construyó una escenografía a la medida del encuadre filmado, que resultó en fragmentos espaciales sobre lo inhabitable. El interés de Torres-Alzaga es entrelazar las veladuras visuales con aspectos espectrales de la literatura gótica que el cine ha rescatado a través del género de horror, y trabajar con la figura del fantasma —vaporosa y difícil de percibir— como habitante de las grietas de lo establecido. Una presencia-ausente donde los cuerpos disidentes fueron capaces de generar otras maneras de percibir.
Artista: Fabiola Torres-Alzaga (Ciudad de México, 1978).
Curaduría: Virginia Roy.