Nicolás Jaar

Con una duración de tres horas y media, divididas en 17 episodios, Archivos de Radio Piedras es un complejo entramado de estrategias sonoras. Detrás de sus narrativas multitemporales, existen diversos mensajes políticos latentes. En los primeros tres episodios, escuchamos la historia de la desaparición de un niño en el desierto chileno, que pronto se descubre como la primera capa narrativa por cuyas grietas se van filtrando seres fantasmales y perspectivas no-humanas.

Para el cuarto episodio, nos enteramos de que la historia del niño es en realidad la obra “Desliz” de lx compositorx Salinas Hasbún (cuyo nombre es un homenaje a las abuelas de Jaar, Graciela Salinas y Miriam Hasbún). Los dos locutores de Radio Piedras detallan que Salinas Hasbún desapareció el 25 de octubre del 2022, tras haber emprendido una caminata de Santiago a Valparaíso, no sin antes haberles legado una serie de canciones inéditas, que irán compartiendo a lo largo de toda la pieza. La historia de Salinas Hasbún pronto se situará en un contexto ucrónico más amplio: estamos en un futuro próximo,aunque indeterminado, en el que la red de telecomunicaciones por internet colapsó.

El colectivo anarquista Las 0cho ha asumido la responsabilidad de este apagón digital a través de la acción Fósil Vivo: ninguna industria quedó intacta y algunas viejas tecnologías, como computadoras, autos y la propia radiofonía, pasaron de ser obsoletas a absolutamente necesarias.
 
Desde entonces, se creó una red mundial de radios clandestinas, donde Las 0cho (y unos aliados no-humanos inesperados) filtran sus comunicados reivindicativos, los cuales escuchamos cada tanto en Radio Piedras a través de voces distorsionadas, para proteger su identidad de las tecnologías de vigilancia. Al tiempo que comparten las obras de Salinas Hasbún, los locutores detallan la situación revolucionaria global, con sublevaciones en distintas partes del mundo. Por momentos, voces de fantasmas palestinos invaden la transmisión de radio.

El vínculo entre Chile y Palestina que aborda Archivos de Radio Piedras no es arbitrario, ya que parte de una realidad histórica precisa: fuera de Oriente Medio, el país sudamericano alberga la mayor comunidad de la diáspora palestina en el mundo (alrededor de 500 mil personas), con olas migratorias que comenzaron desde mediados del siglo XIX. Este vínculo ofrece una pista de la interrelación política narrada en la pieza: ¿la revolución global descrita en Radio Piedras es una red de luchas territoriales del mundo? ¿Hay un lazo, por ejemplo, entre Palestina y el Wallmapu, el territorio mapuche que se extiende entre Chile y Argentina? Si prestamos atención al final del episodio 16, “Radio Chomío”, donde escuchamos a Nekul Núñez dando la noticia de la liberación de 40 presos políticos mapuche, queda claro que sí. El mosaico narrativo que propone Jaar aspira a desestabilizar las líneas temporales progresivas, los códigos binarios de lo digital y los vínculos territoriales simples.
 

Para entender Archivos de Radio Piedras, el concepto de fósil vivo resulta indispensable: en este caso, el fósil no pertenece a un pasado ya superado, sino que tiene agencia en el presente y modela las formas futuras. La pieza sonora representa una vía fantológica: los laberintos espectrales que posibilita el fósil vivo perviven en el “entre”; es decir, en el intermedio de los cuerpos, de las infraestructuras y de las temporalidades, en el intermedio de los vivos y los muertos. ¿Los desaparecidos se encuentran en ese “entre”? ¿Desde ese “entre” podríamos explicar los silencios siniestros que Jaar introduce en las transmisiones militares de la Radio Nacional de Chile que escuchamos en el episodio 15, mediante los cuales evoca las desapariciones forzadas emprendidas por la Dictadura Militar de Pinochet? ¿Cómo dar cuenta de estos espacios intermediales?
 
Los primeros episodios de Archivos de Radio Piedras comenzaron a circular a mediados de 2022 por Telegram, como un statement de circulación libre y gratuita de la obra. Desde entonces, algunos se han presentado en espacios como Radio Alhara (Belén, Palestina), el Centro de Extensión del Instituto Nacional y la Galería Cima (ambos en Santiago de Chile). Por primera vez, se presenta de manera íntegra como una instalación en el Espacio de Experimentación Sonora. Esta apuesta suscribe otro de los mensajes centrales de la obra: generar espacios de escucha no ligados a la organización algorítmico-lucrativa y hacer del oído (y, más precisamente. de la cóclea, como se describe en el último episodio, “Un nuevo número”) un elemento central de la política contemporánea.
 

La cóclea, esa estructura en espiral del oído interno, transforma las vibraciones sonoras en mensajes nerviosos y es, por tanto, un espacio intermedial: en Archivos de Radio Piedras funciona como el símbolo de un tipo de realidad que camina entre los bordes de la historia para imaginar futuros inéditos e inauditos.


Sé dónde está el número, he estado ahí. La cueva del niño. El número está ahí, con él. Adentro del charco. Es el charco. Él dice que es la cóclea del mundo. Miles de millones de bacterias antiguas, que son la fuente más potente de azar en nuestro mundo. Y yo le pregunté: ¿Cómo un charco puede ser un número? Y esto es lo que me dijo: Este número no es ni simple ni complejo, ni par ni impar, ni positivo, ni negativo. Ni irracional, ni racional. Ni infinito, ni finito. Es el número que dice: no soy un número. Hay gente que piensa que es el agua de la Luna. El número que escucha. Otros dicen que es el número entre los números, pero yo te digo que es la cóclea del mundo —te lo juro—, he estado ahí.

Nicolás Jaar