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El hechizo de la blanquitud

Cuenta la mitología clásica en las Metamorfosis de Ovidio que la ninfa Eco se enamoró perdidamente del cazador Narciso. Eco había sido castigada por la diosa Hera, que la hizo incapaz de hablar por sí misma y la condenó a repetir las últimas palabras que escuchara, de modo que no pudiera conversar con nadie. Cuando conoce a Narciso, Eco cae hechizada por su hermosura, pero él rechaza y desprecia el amor de la ninfa. La soberbia de Narciso lo llevará a enamorarse de su propio reflejo en el agua y su destino será sólo poder amar su imagen. Este deseo imposible de alcanzar, al igual que el anhelo de Eco, se irá repitiendo en una circularidad irrompible.

En su pieza, la artista Grada Kilomba parte de este mito para establecer una analogía con la sociedad poscolonial que habitamos, a la vez que cuestiona las políticas de representación. Illusions Vol. I. Narcissus and Echo forma parte de la trilogía Ilusiones, serie que Kilomba ha trabajado a partir de mitos griegos para hablar del racismo y las relaciones de poder en el mundo contemporáneo. La pieza fue comisionada por la 32ª Bienal de São Paulo y continuó en Edipo (2018) y Antígona (2019). El propio título de la serie es revelador: ilusión, aquel espejismo o imagen engañosa de la realidad, esa percepción alterada que nos creemos. En la obra de Kilomba, mitos griegos ampliamente conocidos develan una nueva historia invisibilizada.

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Así, Narciso aparece como la metáfora de una sociedad patriarcal blanca, cegada e incapaz de ver más allá, mientras que Eco, deslumbrada por la apariencia, queda anclada en el retumbar de su repetición. Queda hechizada, como sugiere Nina Simone. Debido a problemas de derechos de autor, la canción de I Put Spell On You interpretada por Simone no se usó en el video desde 2018. Sin embargo, Kilomba decidió usar música original y trabajar con el músico y compositor Neo Muyanga, quien creó la música para la trilogía A World of Illusions [Un mundo de ilusiones].

Narciso y Eco combina la literatura clásica y la poesía oral con la música y la danza, elementos que cobran un destacado papel en la escenificación y el ritmo de la obra. A través de esta mezcla entre teatro y performance, la pieza nos adentra en la historia y en ella la artista retoma también la tradición del griot. Esta figura del narrador de historias orales proviene de África Occidental y ha sido determinante para la transmisión del conocimiento durante siglos. La práctica de la palabra hablada perduró en el mercado de esclavos y ha sido parte constitutiva de géneros musicales como el rap o el blues. Pero, más allá de su capacidad comunicativa, la importancia de esa oralidad reside en que conlleva intrínsecamente el acto de escuchar. Como ha teorizado la propia artista, este escuchar es una manera de autorizar al que habla: un sujeto que enuncia y que deviene en la narración.[1]

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A través de la voz de la propia artista, la pieza relata la historia ancestral y nos sumerge en la reinterpretación del mito griego desde su perspectiva profética y su capacidad de cuestionar el presente desde el pasado. Esta traslación temporal le permite a Kilomba efectuar una re-lectura del presente a través de la acción de la memoria. La sociedad hegemónica contemporánea, narcisista y ensimismada, que construye un imagen excluyente de sí misma, invisibiliza una violencia racial sistémica y unos patrones de discriminación que reproducen ese pasado colonial. ¿Cómo disrumpir esa repetición? ¿Qué conllevan las políticas de representación y las estructuras de legitimación? ¿Qué implica la blanquitud?

La obra presentada está repleta de simbolismos de esa jerarquía y segregación, como el uso de la escalera o el atuendo de los personajes. Narciso, por ejemplo, ostenta un sombrero y un traje a cuadros confeccionados con tela de PVC, el mismo material de las bolsas baratas y desechables que suelen usar los migrantes. En la obra, la tela sintética deviene en referencia de los trabajos precarios que aceptan los subalternos en países hegemónicos, una explotación que refiere constantemente Kilomba y que resuena la conocida pregunta de la filósofa india Gayatri Spivak: "¿pueden hablar los subalternos?" O como ha indicado la propia artista: "¿quién puede hablar?"

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Kilomba resalta que vivimos en un cubo blanco y esa blanquitud también está presente en el espacio de la pieza. La obra se escenifica en un marco blanco que también alude a la noción expositiva de "cubo blanco". El término, acuñado por O’Doherty en 1976, hace referencia a la supuesta neutralidad del espacio exhibición —en específico, en el arte moderno— en el que las obras se presentan aisladas de cualquier contaminación del exterior. Indiferente a interferencias. A identidades. En Illusions Vol. I. Narcissus and Echo, el cubo blanco queda ocupado por el cuerpo negro, la presencia de la negritud, en otro gesto que evidencia el racismo institucionalizado de la sociedad contemporánea.

Esta marginalización, como indica finalmente Kilomba en la pieza, emerge de una “triple ignorancia de la sociedad: uno no sabe, uno no tiene que saberlo, y uno no debería saberlo. Pues algunos tienen el privilegio de no tener que saber”. Ante la imposibilidad de hablar que padece la ninfa Eco, Kilomba pasa la voz al espectador y le invita a elegir su papel en la narración. Y la artista cierra la pieza así: “A menudo siento que ya todos sabemos todo, sólo tendemos a olvidarlo”. Formamos un juego de espejos con lo que queremos ver. El hechizo de la blanquitud.

Virginia Roy


[1] Grada Kilomba, Plantation Memories, Berlín, Unrast, 2010.

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Relatos susurrados para perder el nombre propio
Por Rafael Mondragón Velázquez


1.
Una voz suave corta el silencio del encierro. Es un susurro que convoca a la paciencia. En medio de la angustia de este tiempo de muerte, el susurro es voz que vibra, piel que habla a la piel, pensamiento encarnado que respira y, en su respirar, alenta la experiencia: invita a dejar de hacer dos o tres cosas a la vez. Ésta es una advertencia para mi lector: la pieza que estás a punto de ver dura más de 30 minutos, por lo que vas a tener que aprender a estar de otra forma con ella. [...]


TEXTO COMPLETO AQUÍ

En colaboración con Teatro UNAM

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Grada Kilomba
(Lisboa, 1968; vive y trabaja en Berlín)

Es una artista y escritora interdisciplinaria, cuya obra se basa en la memoria, el trauma y el poscolonialismo, cuestionando los conceptos de conocimiento, poder y violencia. “¿Qué historias se cuentan? ¿Cómo se cuentan? ¿Y quiénes las cuentan?” son preguntas constantes en el trabajo de Kilomba. Mejor conocida por su escritura subversiva y su práctica narrativa única, en la que da cuerpo, voz e imagen a sus propios textos, utilizando la lectura dramatizada, el performance, la coreografía, el video y la instalación. Ha presentado sus provocativas y poéticas obras en la Bienal de São Paulo (2016), la Bienal de Berlín (2018), la Bienal de Lubumbashi (2019) y Documenta (2017), entre otras.

 

Grada Kilomba, Illusions Vol. I. Narcissus and Echo [Ilusiones, vol. I: Narciso y Eco], 2017
Instalación de video a dos canales, HD, color, sonido
30’ 38” 
Guion, dirección y edición:  Grada Kilomba 
Producción: Moses Leo
Composición musical: Neo Muyanga
Actores, bailarines y performers: Eco, Martha Fessehatzion; Narciso, Moses Leo; Amor de Narciso, Zé de Paiva; ninfa y narradora, Grada Kilomba
Dirección de fotografía: Zé de Paiva
Asistencia de cámara: Laura Alonso, Tito Casal 
Diseño de vestuario: Moses Leo
Ingeniero de audio: Gabriel do Val
Pieza comisionada por la 32ª Bienal de São Paulo 
Con el apoyo del Goethe Institut São Paulo
Esta pieza recibió apoyo del Festival Internacional de Cine de Róterdam, 2018

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Curadora: Virginia Roy
Coordinación curatorial: Ana Sampietro, Jaime González
Curador en jefe: Cuauhtémoc Medina
Textos: Virginia Roy, Rafael Mondragón Velázquez
Traducción al español: Jaime Soler Frost
Traducción al inglés: Julianna Neuhouser
Gestión de medios: Ana Cristina Sol
Edición de contenidos: Vanessa López
Diseño gráfico: Andrea Bernal
Gestión de prensa: Francisco Domínguez, Eduardo Lomas
Comunicación: Ekaterina Álvarez

En colaboración con Teatro UNAM