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Tonalpohualli, Chicago 2018
Tiras de aluminio perforadas con pintura electrostática unidas con juntas de madera
Cortesía de la artista y kurimanzutto

En la cosmogonía mesoamericana, el tonalpohualli permitía contar la energía que fluye en el cosmos, llamada tonalli. Además de medir el tiempo, este sistema calendárico presentaba un sistema adivinatorio que combinaba coordenadas espaciales con los ciclos de la agricultura y los sacrificios rituales. El tonalpohualli describía la sucesión de 20 periodos, cada uno de 13 días, regido por un signo o energía (I- Cocodrilo, II- Viento, III- Casa, IV- Lagartija, etc.). Esta serie se combina con la de trece numerales (1-13), y juntas permiten hacer 260 combinaciones o fechas diferentes, que equivalen a 260 días.

Castillo Deball toma la cronometría nahua como base para explorar diferentes formas de conceptualizar el espacio-tiempo. En la instalación Tonalpohualli, la artista retoma la organización de esta cuenta cosmológica de los días tal como aparece en el Códice Fejérváry-Mayer, un manuscrito precolonial en el que los 260 días aparecen representados por espaciadores circulares a lo largo de una cinta que corre alrededor del borde de un panel central. La cinta forma una cruz y cada brazo representa una de las direcciones cardinales, que también se indican a través de distintos colores: rojo para el este, amarillo para el norte, azul para el oeste y verde para el sur. Castillo Deball vuelve tangible al tonalpohualli a través de 20 tiras de aluminio, cada una con 13 perforaciones, unidas por juntas de madera en las que están tallados los 20 signos que corresponden a cada uno de los periodos. La instalación se despliega en el espacio, invitando a medir, ya sea la distancia o el tiempo, en la sala de exposición.

ir a cédula Códice Humboldt Fragmento 1/Códice Azoyú 2 Reverso