En un inicio, cuando hizo su aparición en las estadísticas médicas y los medios, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) produjo una reacción social eminentemente discriminatoria y persecutoria. Su dispersión, que abarcó principalmente comunidades homosexuales, provocó toda clase de teorías conspirativas y malentendidos acerca de su origen y transmisión. Esto impulsó la homofobia y el temor contra toda clase de “otros”, lo que incluía la difusión de argumentos coloniales y xenófobos. El VIH es una epidemia que se aceleró con la globalización. Sus principales vehículos de transmisión son el semen, fluidos vaginales, sangre o la leche materna. La expansión del virus fue impulsada por el aumento de los viajes y el comercio, el crecimiento del turismo sexual, la difusión de drogas de administración intravenosa e incluso la intensificación de las actividades de brigadas humanitarias en zonas de guerra o desastre.